AYNADAMAR

Aynadamar es un nombre árabe que significa “Fuente de las Lágrimas”. Por él se conoce a un famoso manantial burbujeante situado en los altos del pueblo granadino de Alfacar, camino de la Alfagüara. Los moros construyeron un recinto poligonal a su alrededor de gran belleza romántica del que parte la hermosísima acequia de Aynadamar que lleva el agua de la Fuente de las Lágrimas por un paisaje serrano hasta el alto del Albayzin, abasteciendo el aljibe de Manflor, que es el padre de todos los aljibes del barrio moro.

 Muy cerquita de la Fuente de las Lágrimas fue asesinado en Agosto de 1936 el penúltimo genio europeo, el poeta de Granada Federico García Lorca. Por allí han de estar aún  sus restos, aspirando a entregar mijitas de su espíritu a los buenos aires de Granada, ascendiendo desde los abismos del oprobio en las burbujas que no dejan nunca de manar del fondo de verdín de la fuente. Él ya lo dejó escrito:

“Mi corazón reposa junto a la fuente fría.

Téjelo con tus hilos araña del olvido.” 

Fieles al mandato del poeta, este apartado pretende recoger las inquietudes literarias de las gentes de la Villa de Medellín. Todo lo que sea ingenuo, breve  y que no ofenda verá la luz en esta página: poemas, relatos y cuentos; ensayos y meditaciones. Y para animar y abrir boca van aquí dos poemillas y dos relatos.               

 

 LAS CRIATURAS  BUSCAN A FEDERICO 

Camborio, Mariana y Rosita

Bernarda, Belisa y Yerma;

La Novia, el Niño, la Niña

Sueñan con la prima Aurelia.

Ya la vienen a buscar

al alto del Albayzín

al escondido jardín

donde prohíben llorar.

 

Luz y sombra, vida y muerte.

Todos sueñan con el mar

y se van con la corriente:

La acequia de Aynadamar.

 

En un aljibe Mariana

no deja de considerar,

Quién ha podido en Granada

A Federico matar

tan cerquita de la fuente

del agua de Aynadamar.

 

Camborio verde en la tarde,

azul en la madrugada,

imaginando asesinos

está afilando navajas.

Nada lo puede calmar.

los buscará por la fuente

del agua de Aynadamar.

 

Y doña Rosita soltera

no se permite llorar

Está esperando que vuelva.

No se cansa de esperar.

Día y noche por la fuente

del agua de Aynadamar

 

Por los ríos de Granada

Yerma busca al Niño muerto

que ahora vive en la Cashba

junto a un sepulturero.

¿Quién le dará de mamar?

¡Qué beba agua de fuente,

 agua de Aynadamar ¡.

 

Ya se ha vuelto a su jardín

Belisa con Perlimplín

y no le quiere decir

que pronto se va a morir.

Sabe que la enterrarán

muy cerquita de la fuente

del agua de Aynadamar.

 

De la casa de Bernarda

han quitado las ventanas.

Desde un alba a otra alba

nadie sale de esa casa.

¿Cómo la van a encalar

sin el agua de la fuente,

sin agua de Aynadamar?.

 

Nadie sabe en la ciudad

cuando la boda será

La Novia vestida está.

Sangre de toro y azahar

va fluyendo por la acequia

que viene de Aynadamar.

 

Y cuando llega la noche

todos se van a buscar

a Federico a los campos

para con él conversar.

Nadando contracorriente

la acequia de Aynadamar.

 

Fuente de lágrimas blancas

y anémonas de la mar. 

Nadie los pudo encontrar

aunque hicieron el camino

entre Víznar y Alfacar.

                  PIRATAS DE AYNADAMAR

Los piratas de la mar

Enterraron en el cielo

Ramilletes de coral

Y joyas de agua y viento.

 

Las nubes eran de sal

Y el aire de los inviernos

Llevaba onzas de azahar

Del Capitán Barbahierro.

 

Nadie los quiso ayudar.

Los rumies y los vientos

Los expulsaron del mar

Y de las rutas del cielo.

 

Monjes de la catedral

Al gran moro van diciendo:

Si quisieras navegar

Tendrás que ir, bien es cierto,

A los altos de Alfacar

Donde la sultana ha muerto.

 

Las aguas de Aynadamar

Van de los montes al cielo.

 

Y por los cielos vinieron

Al aire de nuestro pueblo

Unos piratas mandados

Por el grande Barbahierro

 

Pirata de lágrimas dulces

Y espada de luz y sueños

Que en la capital del agua

Se le vio flotando muerto.

 

La acequia de Aynadamar

Se desborda en este huerto.

 

Riega raíz del granado

Y tumbas de cementerio

Donde duermen los piratas

Que mandaba Barbahierro.

 

Muy cerquita de los cofres

De luz y almas repletos

Que enterraron bajo el árbol

Antes de caerse muertos.

 

Corrientes de Aynadamar

Que van de un cielo a otro cielo.

 

Fuente de lágrimas blancas

Que en el yunque de un herrero

Forjan  navíos de plata

Las manos del pensamiento.

 

Las aguas de Aynadamar

Van desde un pueblo a otro pueblo.

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